La pérdida auditiva o hipoacusia es la incapacidad de nuestro sistema auditivo de captar ciertos estímulos. Una pérdida de audición dificulta que se escuchen conversaciones y otros sonidos.
Perder la audición suele asociarse con el paso de los años, pero no siempre es así. Puede afectar a personas de cualquier edad, siendo más frecuente que se manifieste después de los 55 años. Aunque en la mayoría de casos es inevitable por cuestiones que tiene que ver con la edad o alguna patología, también hay que tener en cuenta la pérdida auditiva, como son la contaminación acústica o la exposición a un ruido excesivo.
Dejar de tratar la pérdida auditiva genera negativismo, fatiga, problemas de estrés, depresión, aislamiento en situaciones sociales, soledad y reducción de estado de alerta, así como deterioro de la memoria y de la capacidad de aprender nuevas tareas.
Síntomas
Parece como si las personas de su entorno murmuraran o hablaran muy bajo, dificultades para oír la televisión (los demás le dicen que tiene el volumen muy alto), dificultades para mantener una conversación de grupo o en un ambiente ruidoso, necesidad frecuente de pedir a las personas que repitan lo que han dicho, necesidad de mirar a la cara para poder entender; han desaparecido algunos sonidos cotidianos, como el piar de los pájaros, los pasos…
Cuanto más tarde se diagnostica, mayor es la pérdida auditiva, e incluso más difícil resulta prevenirla y adaptarse después a las soluciones auditivas.
En la actualidad, el uso de audífonos es un avance que en la mayoría de las ocasiones supone una ayuda enorme para los pacientes.
Pérdida de audición conductiva
Es el resultado de enfermedades o trastornos como exceso de cera en el oído, acumulación de líquido debido a un constipado o una otitis, que limitan la transmisión del sonido a través del oído externo o medio impidiendo que llegue al oído interno. En algunos casos, se recomiendan soluciones auditivas que implican grandes mejoras.
Pérdida auditiva neurosensorial
Afecta al oído interno o a las vías neurales. En este caso, el sonido se transmite correctamente a través del oído externo y medio y el déficit se produce en el oído interno. Se suele dar por el paso de edad y el debido envejecimiento, el ruido y algunas enfermedades.
Pérdida auditiva mixta
Se produce por una combinación de las dos pérdidas anteriores, cuando se produce un daño entre el oído medio y el oído interno.